EN LA INTIMIDAD DEL VESTUARIO

Sabéis que muchas veces le he dedicado una entrada al mundo de los vestuarios. Me gusta y nos gusta, lo sé. Es un mundo cerrado, misterioso, fantasioso y morboso para los demás y también para los que estamos en ellos. Tiene el punto de intimidad que nos da nuestro baño propio pero a la vez compartido, pero compartido entre iguales, con lo que pierde el pudor y el temor de lo público. Nos relajamos y, a veces, perdemos la noción de estar en compañía, compañía de iguales, eso sí, pero no deja de ser compañía, no estamos solos. ¿Esto es una ventaja o un inconveniente? Como siempre dependerá de cada uno, habrá tantas opiniones como colores.

Para mi una ventaja. Que soy un tío observador, no es ningún secreto. Que me gusta observar y estudiar el comportamiento de los demás, tampoco. Siendo así un vestuario es un campo de observación perfecto. Siempre hay algo nuevo que ver, y que disfrutar, no nos engañemos.

Hoy me gustaría fijarme y compartir con vosotros a esos que nos dan alguna grata sorpresa, aunque pueda que también seamos nosotros mismos los que sorprendamos a los demás. ¿Habéis pillado a alguno más relajado de lo normal? ¿Os han pillado a vosotros?

Como creo que ya os conté en otra ocasión, a mi haciendo lo mismo que este, de las ganas de orinar después de haber estado nadando, se me provocó una erección que no había forma de meterla en el minúsculo bañador que llevo, por suerte tenía detrás una pequeña puerta que me daba una cierta intimidad, aunque estoy seguro que los demás pensarían que la meada era demasiado larga, por el tiempo que estuve sin poder salir. Seguro que pensaron que me la estaba meneando.

¿Os ha pasado algo parecido, o habéis visto a otro?
También la ducha calentita es traicionera. Es todo un gustazo ver como a alguno se le va animando poco a poco, termina más rápido de la cuenta y se lía la toalla para dejarnos sin tan sublime espectáculo.

 

¿ Habéis tenido la suerte de llegar alguna vez a la ducha y encontraros a uno en semejante estado? Yo no, y eso que las mías son conjunta, aunque alguna vez cuando he entrado he pillado alguno, que creyendose solo estaba demasiado relajado y al oírme entrar, rápidamente se ha vuelto hacia la pared. Por algo sería.

 

Y quien dice en la ducha dice en cualquier lugar del vestuario. Siempre llego al mio pensando que solo habrá un tío y que me sorprenderá con una bonita erección...





... o mejor aun, pienso que me lo encontraré machacandosela a placer y que con mucho gusto de acompañaré en tan delicioso empeño.






  Bueno, aquí hoy hemos tratado el mundo de los vestuarios pero creo que alguna vez deberíamos tratar el mundo de los baños públicos. Sórdidos y cutres la mayoría, pero íntimos y morbosos algunos de ellos. Me gusta que ahora es costumbre en los establecimientos modernos como restaurante y cafeterías, hacer los urinarios sin "separación púdica" alguna. Aunque también hay que decir que muchos se niegan a sacarsela junto a un desconocido y a mi me ha pasado que alguno ha esperado detrás mía a que yo terminara para él mear tranquilamente, en lugar de haberse colocado en el de al lado y haber aprovechado como estos en hacernos una buena paja en compañía. Tampoco le habría pedido restada la suya, a mi con la mía me vasta y me sobra.