Las rebajas se están terminando y no nos podemos quedar sin renovar los calzoncillos. Dos cosas a tener en cuenta que ya hemos hablado muchas veces.
Primera: Los calzoncillos los tenemos que comprar nosotros. Nuestras mujeres o madres no tienen ni idea de lo que nos gusta o nos sienta cómodo y bien.
Segunda: No todos los calzoncillos son iguales, ni todos los modelos sujetan, recogen, marcan igual nuestro paquete o sirven para todos los pantalones.
La primera la habrán comprobado muchos que tuvieron la valentía de decirle a sus madres o mujeres: no me compres los calzoncillos que ya me los compro yo que sé de que va eso, igual que tú sabes de tus bragas y sujetadores. Y la segunda también la habrán comprobado los que, como yo, tienen en el cajón de los calzoncillos más de un modelo diferente y sabe perfectamente cual hay que ponerse con cada pantalón y cual marca más o menos paquete.
Dicho esto, aquí os dejo sólo algunas propuestas para que os entre ganas de ir de compras y renovéis de una vez por todas ese patético cajón de los calzoncillos que os tienen vuestras queridísimas madres o esposas. Fijaros en sus cajones y encontraréis toda una amplia variedad de lencería. que contrastará con el vuestro.
Primera: Los calzoncillos los tenemos que comprar nosotros. Nuestras mujeres o madres no tienen ni idea de lo que nos gusta o nos sienta cómodo y bien.
Segunda: No todos los calzoncillos son iguales, ni todos los modelos sujetan, recogen, marcan igual nuestro paquete o sirven para todos los pantalones.
La primera la habrán comprobado muchos que tuvieron la valentía de decirle a sus madres o mujeres: no me compres los calzoncillos que ya me los compro yo que sé de que va eso, igual que tú sabes de tus bragas y sujetadores. Y la segunda también la habrán comprobado los que, como yo, tienen en el cajón de los calzoncillos más de un modelo diferente y sabe perfectamente cual hay que ponerse con cada pantalón y cual marca más o menos paquete.
Dicho esto, aquí os dejo sólo algunas propuestas para que os entre ganas de ir de compras y renovéis de una vez por todas ese patético cajón de los calzoncillos que os tienen vuestras queridísimas madres o esposas. Fijaros en sus cajones y encontraréis toda una amplia variedad de lencería. que contrastará con el vuestro.