ALEGRÁNDONOS EL DÍA

Me dabais por perdido, verdad?. Qué poca paciencia tenéis.  Ya os dije que ahora tendríais que esperar, que no me sobra el tiempo para dedicarle al blog todo lo que me gustaría. Creo que estas esperas tienen también su morbo y, además, así repasáis algunas entradas antiguas de tantas como hay. Hasta yo mismo las tengo que repasar, y siempre encuentro alguna de la que no me acordaba.

Hoy os quiero dedicar esta entrada a  esos paquete casuales, como yo les llamo. Cualquier momento y lugar es bueno para descubrir buenos, excitantes y sabrosos paquetes. Nuestro entorno está lleno, sólo hay que saber buscar y mirar a nuestro alrededor. Ese compañero de trabajo que un día te sorprende con un pantalón más ajustado de lo corriente, ese chico que te cruzas siempre por la calle, tu vecino, el que cada mañana te acompaña en el ascensor marcando un paquete de escándalo, etc, etc,etc.

 

 

No me digáis que estos descubrimienmtos callejeros no son un verdadero encanto que te alegran el día? Además, yo mismo procuro marcar el mío para contribuir también en este noble empeño. A más de uno he visto que he sido yo el que le he alegrado la vista y, por supuesto, el día.

Hasta la próxima, sed pacientes!!

ECHEMOS UNA MIRADA AL PASADO

Echemos una mirada al pasado. Disfrutemos del morbo de otros tiempos. Ni mejor, ni peor, sólo de otro momento, con otros criterios estéticos, con otros cánones de belleza, con otro manera de fijarnos en nosotros mismos. Lo que antes parecía bien puede que ahora no lo parezca, y lo que ahora nos parece lo mejor seguro que a los anteriores les parecería horrible. Por eso el arte, y los desnudos forman parte del arte, hay que verlo en su contexto y hay que disfrutarlo eternamente.

 

 No sé que me da más morbo, si ese bigotito, esa cara de canalla o esa mano metida en los calzoncillos agarrando a mano llena su peludo paquete. No mismo me pasa con el siguiente. Sólo con verle la cara ya me imagino lo que después me enseña.

El morbo eterno de que a un amigo sentado frente a nosotros se le salga un huevo por los perniles del bañador.

Rubito morboso con ese paquete marcado en el pantalón vaquero. Encantador, verdad?

Estos cachas con sus slip antiguos de leopardo o de "cuello vuelto" tienen un encanto atemporal. No sé a vosotros, pero a mi me ponen y mucho. 

No os dan ganas de sopesar con la mano este pesado paquete dentro de este escueto suspensorio? A mi sí.

Eterno machito de playa. Eterno. Marcando lo justo para calentar al personal.

Buena polla, me gusta, y esos huevos pesados y colgones asomando por el pernil.

Habéis hecho alguna vez un trío? Como terminará éste?

Sí, sí, tu mira al cielo, que nosotros miramos ese paquete y ese capullo marcado en el slip.

Yo, estos mini suspensorios los declararía de uso normal como calzoncillos. Tienen un morbo especial verlo, y creo que usarlos. Yo me los pondría.

Los suspensorios deportivos siempre han sido morbosos y siempre lo serán.

Los uniformes son morbo puro pero el rey de todos es el de marinerito.

 

Aunque sólo sea el gorrito.



Os dejaríais detener por el sheriff.



Si viene así, marcando autoridad y capullo, sí.

Y para terminar puro deleite con éste. Maravilloso todo en él, especialmente esos huevos marcados en el pantaloncito.

MIL MANERAS DE MASTURBARNOS

Todos tenemos manías, costumbres y formas diferentes de hacer las cosas. Para masturbarnos, también. Cada uno tenemos nuestros rituales y nuestras maneras de pajearnos. Algunos prefieren hacerlo a solas, en la intimidad de su baño o de su dormitorio.

Otros prefieren hacerlo en compañía. La gratificación de compartir una buena paja con un amigo.

O mejor aún, pajearse a medias. Tu a mi, yo a ti.

Después están las manías a la hora de echarnos manos a la polla y pajearnos a placer. A mano llena, con las dos manos, con la mano vuelta, etc, etc, etc, Pero el movimiento se demuestra andando, y una paja sin movimiento no es una paja. Analicemos como es debido los diferentes estilos de masturbación.

Primero todo un clásico, a mano llena y con todas nuestras fuerzas.

También tenemos la paja sin sacarla de los calzoncillos, frotándola sobre ellos y manchándolos de lefa calentita.

También están los que le gusta hacerse las pajas sacándola de los calzoncillos pero sin quitárselos.



Será por las prisas o por el placer de sentir el roce en los huevos y la presión de los propios calzoncillos en ellos?

Otra posibilidad practicada por todos es la paja rápida sacándola por la bragueta del pantalón. Quien no lo ha hecho en un momento de calentón en casa ante el ordenador en un momento dado?...

.. o en un baño, o en el trabajo?

Alguno ha coincidido con otro a la vez? Yo no, pero me habría gustado.

Otra paja que seguro que practican muchos es la de frotarse en el colchón como si realmente follaramos.

 

Creo que durmiendo mientras soñamos más de una vez lo hacemos. Lo malo es que terminamos pringándolo todo, especialmente los que dormimos desnudos. Me ha pasado más de una vez.

Y esas pajas a dos manos? Que placer, verdad? Es como follar metiéndola a fondo, hasta los huevos.

Y ese gustazo de una buena paja con la mano vuelta? Verdad que es un placer diferente? 

Si hay una paja universal y practicada por todos es la de la ducha. Agua, jabón y la intimidad del baño es lo mejor de lo mejor.

En el baño, y especialmente en la ducha son pajas de pie. Que opináis? sois de pajas de pie, sentados o relajados en la cama?

Yo os aconsejo mejor, siempre que podáis, pajearos de rodillas...

... con las piernas separadas os permite con la otra mano acariciaros el culo y lo que es mejor, estimular el punto G para tener un orgasmo y una eyaculación de infarto.

Después de ver esto y de habernos corrido ya, pasemos a esas pajas relentizadas, despacio, frotando lo mínimo, suavemente, sintiendo cada uno de nuestros dedos y de nuestros movimientos, frotando sólo con los dedos toda la polla o únicamente el capullo.

Y si hay una paja sublime no es la que nos hacemos nosotros mismos, es la que nos hace una mano cómplice.

Y si es a dos manos mejor que mejor.

Como no controlas tu mismo, cuando te corres no bajas el ritmo y el placer que te da hasta duele. Os lo aseguro. Una vez era yo el que pajeaba a otro y cuando se corrió, como yo no paraba ni bajaba el ritmo me pedía por favor que parara y que no siguiese.

Bueno. Yo no sé vosotros, pero después de este despliegue os tengo que dejar. Voy ya por la segunda. Me gustaría teneros aquí y compartirlas con todos.