¿De quién fue la culpa, de Eva por ofrecer lo prohibido o de Adán por aceptarlo?
¿Hay que morder lo que te ofrecen sin preguntar nada o hay que preveer las consecuencias de lo que hacemos?
¿Es pecado ser inconsciente o es pecado no serlo? Hay tantas preguntas que me planteo cuando veo estas fotos. Hay tantas manzanas al alcance de la mano y ofrecidas por doquier que uno se pregunta si están sólo para verlas o dispuestas a que las mordamos.
¿Cuantas manzanas hemos mordido sintiendo el dulzor y amargo de lo prohibido? Y ¿Cuantas hemos desechado o ignorado por no pecar?