LA ERECCIÓN. NUESTRO ESTADO NATURAL

No se qué opinaréis vosotros pero yo siempre he pensado que el estado natural de un hombre no es la flacidez, es la erección. O ya me explicaréis la satisfacción y bienestar que nos produce sentirnos y vernos la polla erecta, por no decir lo que supone ver a otro tío empalmao.

¿Quién no estaría dispuesto a estar con la polla erecta continuamente?. El problema sería cómo meterla dentro de nuestra actual indumentaria masculina. Pensada toda para, en la mayoría de los casos, disimular y esconder nuestra anatomía. En este caso nos gustaría vivir en otros tiempo, por ejemplo el Renacimiento, en el que al contrario que ahora la virilidad se mostraba, no se escondía, y no tendríamos problemas para ir enpalmaos siempre. (Recordar la entrada que dediqué a este tema hace ya algún tiempo).

 Sentir por un momento que no nos cabe dentro de los calzoncillos es un gran placer, aunque en principio sea algo incómodo. Ya buscará por donde abrirse paso.

 Quién no ha tenido, más de una vez, que abrirse la bragueta del pantalón y darle un poco de libertad a su polla. 

Qué mágnífica visión verla asomar dura y roja de placer por la bragueta abieta.

 Pero cuando los tejidos ajustados que tanto nos gusta en bañadores y calzoncillos no le dan espacio para que busque su lugar y se nos retuerce el capullo dolorosamente dentro de ellos, no tenemos más remedio que meternos la mano, abrirle espacio, bajar la prenda y dejarla salir y disfrutar de su visión y de su palpitar.

Bendito doloroso placer el sentir, como yo ahora, la mía dentro de la estrechez del boxer y del pantalón, y creo que todos vosotros también.

Abramos todos a la vez la bragueta, dejemos que salga y... ummm, qué placer. ¡Disfrutemos de ellas!